Ingredientes:
550 g de harina de fuerza
130 g de leche
70 g de mantequilla
1 naranja
1 limón
120 g de azúcar
30 g de levadura de panadería
30 g de agua de azahar
2 huevos
Sal
Para la decoración:
Azúcar humedecida
1 huevo
Fruta confitada o cerezas en almíbar
Primero calentamos la leche con la mantequilla hasta que se derrita y reservamos para que se enfrie un poco y cuando esté templada le añadimos el azúcar, removemos, la levadura y la deshacemos.
Lavamos la naranja y el limón y rallamos su piel. En un bol grande ponemos la mezcla de leche, las ralladuras, el agua de azahar, los huevos, una pizca de sal y lo mezclamos bien con unas varillas.
Cuando esté bien mezclado vamos añadiendo poco a poco la harina y mezclando, cuando ya no podamos con las varillas usamos las manos.
Espolvoreamos la encimera con harina y amasamos unos diez minutos, Al principio está pegajosa pero se ira conforme amasemos.
Ponemos la masa en el bol donde hemos mezclado todo, lo tapamos con un trapo y lo dejamos levar durante 3 horas.
Pasado ese tiempo cogemos la masa y la volvemos a amasar durante un minutillo, formamos una bola, le hacemos un agujero en el centro y lo vamos agrandando hasta darle la forma de rosco, tiene que quedar fino, tener en cuenta que hay que dejarlo levar otra vez.
Lo ponemos sobre la bandeja del horno cubierta con papel de hornear, lo cubrimos con un trapo y lo dejamos levar una hora.
Pincelamos con huevo batido, ponemos la fruta en láminas y unas cuantas guindas partidas por la mitad, y ponemos azúcar humedecido por todo el roscón.
Precalentamos el horno a 200º, metemos el roscón y lo bajamos a 180º 20-25 minutos.
Podemos dejarlo así o rellenarlo con nata, trufa, crema al gusto.
Está igual que el que compramos y es facilísimo de hacer, no hay excusa para hacer un roscón casero.
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